Cuarto llamado

Cuarto llamado

Por Yamil Al Nayar

Cuarto llamado, el último de todos.

Como una invocación siniestra, cuarto llamado.

No quiere ir nadie, esperás solo. Tenés una carpetita en la mano, la gente te mira con cara de dónde mierda te has venido a meter, pendejo.

Averno de las sociedades postmodernas. La villa. Estigma del progreso, terror de las clases medias que solamente quieren educar a las clases medias. Horror y sangre del notivicioso del mediodía. Balas, gente de cuarta como decís vos, de cuarta como el llamado. Llueve, llueve una lluvia que no tiene un carajo que ver con la poesía, ni con los poetas dolientes que la contemplan desde atrás de un vidrio empañado y tomando ese café también tan poético. Llueve, moja y congela. Entra el agua por las zapatillas rotas, entra el frío por la campera sin cierre. Se llueve el micro, se llueve la gente. Se embarra todo. Estamos abandonados. Abandonados desde los cimientos. Aunque tengamos agüita tibia para bañarnos, aunque nos caliente el corderito por adentro de la campera, aunque mamá nos diga chau hijo, suerte en la facultad. Estamos abandonados. Nos hemos abandonado, los hemos abandonado a estar siempre al final de la tabla. Siempre al final de esa calle larga que sube o que baja hacia lo más profundo de la podredumbre humana.

Una directora que recibe tu carpeta. Llega una madre. Qué venga mañana, hoy no la voy a atender. Pero viene desde muy lejos. Hoy no es día de atención, por dios que dura es está gente. Acá si no los tratas así… perdiste. Acá son así. Ya te vas a curtir, sos muy jovencito vos. Hace un mes que no viene nadie. Son cuarenta y cuatro pibes en un aula, séptimo grado, no saben el abecedario. Pero acá son así, medio pelo. Necesitan que los incentiven, pero la verdad que no sé. El micro te lo tomás allá abajo.

De nuevo el barro. La gente es de barro, yo soy de barro. La lluvia nos ablanda, nos dispersa. El micro, desde antes de venir, ya se llueve. Esta lluvia de mierda que no tiene un carajo que ver con las odas, ni con la delectación de la patria. Unos pibes que no entienden ni de Lázaros ni de menemismo. Una escuela nueva (la más nueva de la provincia) que se erige entre los techos de lata como un templo sagrado pero que no tiene ni dioses ni creyentes. Cuarto llamado, pienso, mientras el micro que se llueve asciende o desciende desde la podredumbre más oscura de los hombres, de los que han decidido mirar para un costado. Cuarto llamado, y el micro ya comienza a entrar lentamente en el ajetreo urbano, para adosarse al progreso que no va hacia ninguna parte.


Yamil Al Nayar Nacì en 1992, soy hincha de San Lorenzo. Juego de 5 desde que tengo memoria en el Club depeportivo Abuela Gloria. Eso es todo.

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